PECHO ABIERTO

Soñé contigo, en mis brazos:

uno al lado del otro.

                                    Contentos.

En medio de mi pecho abierto,

un beso tuyo hecho de encantos.

Soñar así... aún despierta...

volar en brazos de la fantasía,

describir la vida día a día

y cantar baladas al viento.

Así, he aprendido a amarte.

Prácticamente en silencio,

sin esperar que con tu aliento

arrulles mis sueños y mis verdades.

Solo te oigo, observo y callo.

Siento que mi alma se vuelve niña.

Y no piensa. Se encabrita,

Rebelde, ingenua, sabia, palpitante.

No oye razones, solo siente.

No encuentra motivos para olvidarte,

solo tiene razones para quererte.

Pero sufre!.... agoniza,  lentamente,

porque de tus labios inclementes,

no ha oído la caricia de un “te quiero”.

Ni siquiera sé que es lo que sientes.

Ni siquiera sé porqué te callas.

Me dejas amarte en silencio,

y cerca de mi te vuelves misterio.

Inescrutable mirada que embruja,

labios vibrantes, ansiosos,

que invitan al beso ardiente

 y sin embargo, así golosos,

no me han dejado quererles.

Anda!  di sinceramente

cómo te sientes a mi lado!

y, si he cometido un pecado,

por esta manera de quererte,

te pido, muy francamente,

que en algún rincón olvidado

pongas todas estas palabras

y aunque, en medio de mi pecho abierto,

quede el corazón hecho pedazos,

prefiero, a morir mil veces,

de un solo golpe, perder lo amado.

Ninfa Monasterios, 

Cuba, 2004